Cuando el precio o ubicación de las viviendas ya construidas no cumplen los requisitos que las familias buscan para formar su hogar existe la autoproducción de vivienda, una alternativa reconocida en la Ley de Vivienda.
De hecho, es una de las opciones más utilizadas en el país. Según cifras de la Cuenta Satélite de Vivienda de México (CSVM) 2023, de INEGI, la autoproducción de vivienda fue una de las actividades que más aportaron al Producto Interno Bruto (PIB) del sector de la vivienda, con un 54.5%.
Es una alternativa para construir una casa propia en la que la familia decide qué, dónde y cómo construirla, desde el diseño y los materiales hasta la mano de obra y supervisión.
Aunque es utilizada sin importar la situación económica o social de las familias, “ésta suele ser la primera opción de las familias que no tienen acceso a financiamiento formal para la adquisición de vivienda”, según se indica en el documento de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), “Autoproducción de vivienda adecuada en México”.
Por lo mismo, el gobierno ha impulsado medidas para fortalecer y regularizar la autoproducción de vivienda, como programas de crédito y subsidios (con opciones para derechohabientes y no derechohabientes) y acciones para impulsar la regularización del suelo y las escrituras, entre otros.
En la plataforma “Decide y Construye”, impulsada por la SEDATU, ofrecen opciones tanto si eres derechohabiente como si no.
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